miércoles, 13 de noviembre de 2013

Bullyng en la escuela, educación en el hogar.

Hola, quiero platicarles una breve historia de lo que sucedió con mi hijo de 8 años, el cual inicio sus estudios desde el preescolar en una escuela con enseñanza cristiana, un tanto personalizada, todo amor y toda tranquilidad, no era muy cara la escuela pero des-afortunadamente ya no pude solventar ese gasto tan necesario, mi dilema era ¿y ahora que?, nunca he sido fanática de la enseñanza de la SEP, que esa es otra historia.
Así que me encontraba en una encrucijada, mi hermano decidió inscribir a sus hijos en una escuela publica me animo a hacer lo mismo con mi hijo y acepte con algo de escepticismo, se hicieron los tramites correspondientes les toco una escuela cerca de la casa en el turno vespertino.

Desde el primer día mi hijo ya no quiso ir, ¿sus motivos?, su maestra hablaba con malas palabras y maltrataba a los niños física y verbalmente, sus compañeros igual lo maltrataron y le hacían burla, tan solo porque era un niño educado. Así fue aumentando el inconforme de asistir a la escuela, con gritos, llanto y cabe señalar que no eran berrinche, lo pude tranquilizar diciéndole que hablaría con su maestra,  fui a hablar con esta señora, porque realmente no se le puede llamar maestra y lo que me dijo: " yo estoy en contra de que los niños vayan a una escuela particular donde los tratan con pincitas, ¡¡esta es la vida real!!", no podía creer lo que me estaba diciendo... esa era la vida que ella conocía y vivido siempre, hable con el director posteriormente y me dijo con muy poco carácter " pues ya se va a jubilar", dándome a entender que aguantara sus groserías.
Todavía deje una semana mas a mi hijo sufrir pues esa señora le había agarrado coraje y lo molestaba constantemente hasta que me dije " ¡¡ ¡basta! porque hacer sufrir a mi hijo si estoy en contra de todo lo que le hacen!!"

Así que aquí estoy un mes después y mi hijo feliz, lleno de amor y comprensión, estudiando y aprendiendo.

Mamá, papá, despertemos no tenemos que soportar los malos tratos a nuestros hijos, no dejemos que sufran de depresión, infelicidad, bullyng,  las malas palabras dañan el corazón y el autoestima.
Tomemos consciencia.

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